Con fuertes dispositivos de seguridad y varios montoncitos de acarreados volvió a venir Felipe Calderón y sus reliquias.
Sangre dicen que no trajo, ni un frasquito. La mayoría la regó por el resto del país a garrafones y cubetadas.
Acá en tabasco, a su llegada a la catedral, encerrado en su cúpula blindada, repartió bendiciones, evangelizó con la palabra del Seguro Popular y difundió promesas de futuro mejor:
anunció que el Plan Hídrico, va caminando... desde 2007...
Suponemos que viene despacito y con mucho cuidado -en estos tiempos lo mejor es andarse con paciencia y sin prisas-, porque ya hace rato Luege nos avisó que no concluirá para 2012.
Pero así es esto de las promesas de la vida eterna...
¿Y Monseñor Granier?
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